martes, 16 de septiembre de 2008

Biografía de Morihei Ueshiba

Morihei Ueshiba nació el 14 de diciembre de 1883 en Tanabe, Prefectura de Wakayama. Era el cuarto hijo y el único varón de Yoroku Ueshiba, un granjero acomodado dueño de dos hectáreas de la mejor tierra. Su padre era un miembro muy respetado de la comunidad local que había servido en el concejo municipal durante veinte años, mientras que su madre, Yuki Itokawa, procedía de una familia terrateniente de ascendencia noble.

Ueshiba era un niño débil y enfermizo. Siendo muy joven, su padre lo animó a practicar sumo y natación y lo entretenía contándole historias de su bisabuelo Kichiemon, quien fue considerado un samurái muy fuerte en su época. La necesidad de convertirse en más fuerte fue más tarde enfatizada cuando el joven Morihei presenció cómo unos rivales políticos atacaron a su padre.
Con el tiempo, Ueshiba fue superando sus limitaciones físicas mediante ejercicios que robustecieron su cuerpo, y su espíritu a través de la meditación budista, aprendida de la secta Shingon, a la que pertenecían sus padres.
En 1901, terminados ya sus estudios secundarios, se dirigió a Tokio para abrir una papelería, el Almacén Ueshiba, que distribuía material y artículos de escritorio para los colegios, pero cayó enfermo y el negocio no prosperó.
Volvió de nuevo a Tanabe y se unió a un grupo de artes marciales dirigido por el maestro Tozawa Tokusaburo; al año siguiente comenzó el estudio de los principios del sable en la escuela Yagyu Shikage. En 1903 contrajo matrimonio y, casi inmediatamente, se alistó en el Ejército Imperial de Japón para luchar en la Guerra Ruso-japonesa (1904-1905). Fue enviado a la reserva, en Osaka, y luego a Manchuria, pues se le consideraba demasiado pequeño de estatura para prestar servicio activo. A su vuelta a Tanabe siguió aprendiendo los principios de la Yagyu-Ryu, bajo la tutela del maestro Nakai Masakatsu, de cuyas manos recibió el título de instructor de artes marciales en 1908, lo cual le permitió abrir su propio dojo, su sala de entrenamiento.
En 1912, con veintinueve años, reclutó un centenar de personas, campesinos y militares, y marchó a la isla de Hokkaido, donde fundó un pueblo al que llamó Shirataki. En aquel momento la prefectura se acababa de abrir al desarrollo y acogía a todos los colonos que desearan trabajar la tierra. Durante siete años ejerció la jefatura de esta nueva colonia y cultivó la tierra, sirvió en el consejo municipal y contribuyó al desarrollo de la región.
Fue durante su período en Hokkaido cuando, en una posada de Engaru, conoció a Sokaku Takeda, el famoso maestro de la Daito-ryu. Posteriormente entreno intensivamente con Takeda y consiguió el certificado de Daito-ryu Aikijujutsu.
A mediados de noviembre de 1919, Morihei se asustó al recibir la noticia de que su padre estaba seriamente enfermo. Abandonó Hokkaido para dirigirse a Tanabe, cerrando el período de ocho años en Shirataki. En su viaje de regreso, oyó que el líder de la floreciente y nueva religión Omoto-kyo, Onisaburo Deguchi, famoso por sus técnicas de meditación chinkon kishin (calma del espíritu y retorno a lo divino), estaba viviendo en la cercana Ayabe. Decidió visitarle, y permaneció en Ayabe hasta el 28 de Diciembre. Pidió a Onisaburo que rezara por su padre, a lo que contestó: “Tu padre está bien como está”. Estas palabras hicieron honda impresión en Morihei. Yoroku Ueshiba murió el 2 de Enero de 1920, a la edad de 76 años. Su muerte fue un duro golpe para Morihei, quien, tras un periodo de inestabilidad emocional, decidió trasladarse a Ayabe en busca de una vida más espiritual bajo la dirección de Onisaburo Deguchi. Obtuvo una casa detrás de la escuela primaria, dentro del recinto sagrado de la Omoto-kyo, y allí vivió ocho años hasta su traslado a Tokyo en 1928 .
Durante este período gozó de la absoluta confianza de la secta y tomó parte en diversas prácticas espirituales de la misma. También, animado por Onisaburo, convirtió parte de su casa en un dojo de dieciocho tatami, y abrió la Academia Ueshiba, donde enseñaba cursos introductorios en las artes marciales, principalmente a seguidores de la Omoto-kyo.
El 11 de Febrero de 1921, sin previo aviso, las autoridades cayeron sobre la secta, lo que más tarde fue conocido como el Primer Incidente Omoto, y varias personas, incluido Onisaburo, fueron arrestadas. Afortunadamente, el incidente no afectó a la Academia Ueshiba.
A lo largo de los dos años siguientes Morihei intentó ayudar a Onisaburo, que había sido liberado bajo fianza, a reconstruir la Omoto-kyo. Se hizo cargo de la administración de cerca de novecientas tsubo de tierra de Tennodaira, trabajándola a la vez que continuaba enseñando en la Academia Ueshiba. Así podía realizar en su vida diaria la creencia de que hay una unidad esencial entre las artes marciales y la agricultura algo que estaba muy cerca de su corazón y que fue un tema recurrente a lo largo de su vida.
En torno a esta época la práctica de Morihei de las artes marciales comenzó gradualmente a adquirir un carácter espiritual, viéndose cada vez más absorbido por el estudio del kotodama, lo que le condujo poco a poco a romper con las formas del Yagyu-ryu y del Daito-ryu Aikijujutsu, y a desarrollar su propio enfoque original, utilizando unificadamente los principios aplicados y la técnica para romper las barreras entre la mente, el espíritu y el cuerpo. Esta concepción fue llamada formalmente en 1922 “aiki-bujutsu”, pero se dio a conocer al público en general como Ueshiba-ryu aiki-bujutsu

Durante este tiempo hizo un paréntesis para viajar junto a Onisaburo hacia Mongolia interior, en busca de un lugar donde establecer un centro de todas las religiones, que sería base de un nuevo orden social y político. Pero las condiciones que en Mongolia se vivían por entonces, violentas e inestables, hicieron peligrar sus vidas, pues fueron atacados varias veces por soldados nacionalistas chinos y bandidos.
Entre las muchas anécdotas que existen sobre la vida de Ueshiba, una de las más conocidas tuvo lugar precisamente en esta región. El grupo se dirigía a su destino en el distrito de Xing'an cuando, en un paso próximo a Tongliao, cayó en una emboscada y cientos de balas empezaron a llover sobre ellos. Todo parecía indicar que la muerte era inevitable, pero Ueshiba permaneció imperturbable: el control que había adquirido sobre su cuerpo le permitía esquivar las balas con un ligero movimiento.
En 1925, tuvo Ueshiba la primera de las visiones que habían de transformar su vida. Contaba por entonces cuarenta y dos años, y un día salió al jardín de su dojo en Ayabe, donde fue desafiado por un oficial armado con un sable, al que hizo frente con sus manos desnudas; cada vez que el militar atacaba, Ueshiba se movía ligerísimamente, lo justo para evitar la estocada, hasta que el otro, exhausto, desistió. Inmediatamente después de este suceso se encontró identificado con el sol, la luna y las estrellas y se vio a sí mismo como el universo; había experimentado lo que en japonés se llama el sumi-kiri (la claridad de mente y cuerpo).
Fue entonces cuando comprendió que era más adecuado llamar a su obra aiki-budo que aiki-bujutsu. (La sustitución del carácter jutsu por el carácter do cambia el significado de arte marcial del aiki a vía marcial del aiki. ) Cuando el Aiki-budo se hizo más conocido atrajo a un número de seguidores distinguidos, entre ellos al Almirante Isamu Takeshita. En el otoño de 1925, Morihei fue invitado a visitar al almirante en Tokyo. Se alojó en la residencia del antiguo Primer Ministro Gombei Yamamoto, donde realizó demostraciones de artes marciales ante un número de dignatarios, que quedaron muy impresionados. Morihei también estuvo veintiún días enseñando artes marciales en el Palacio del Príncipe de la Corona.
En 1935, echando mano de sus ahorros, compró unas tierras en los alrededores de Iwama, al norte de Tokio. Estableció una granja donde instituyó un santuario dedicado a su forma de vida (el aiki) al que se retiró; allí aspiraba a unir los objetivos del aikido -nombre que había dado en 1938 al conjunto de prácticas que constituían su técnica-, con una vida dedicada a la agricultura. Muchos fueron los que intentaron frecuentar su dojo, pero Ueshiba no aceptaba a cualquiera; entrevistaba personalmente a los aspirantes y era muy selectivo.
La segunda visión ocurrió entonces, en diciembre de 1940, cuando practicaba una purificación ritual y repentinamente olvidó todo lo que había aprendido y las técnicas a las que había dedicado tantos años de práctica se le aparecieron completamente renovadas. Ahora eran vehículos de conocimiento y de vida, en vez de recursos para destruir a la gente.
Con el estallido de la Guerra del Pacífico en diciembre de 1941, muchos jóvenes fueron llamados a filas y el aikido perdió numerosos alumnos. Fue entonces, en uno de los períodos más dramáticos de la historia de Japón, cuando tuvo la tercera visión. Se dio cuenta entonces de que el bushido había sido malinterpretado, pues el verdadero camino del guerrero era el Arte de la Paz, no el de la Guerra, y debía concretarse en una disciplina creativa del cuerpo y la mente, un medio de manejarse ante la agresión constante de la vida.
En los años inmediatos a la Segunda Guerra Mundial el aikido, junto con las demás artes marciales, fue proscrito por la ley, pero Ueshiba juró junto a un puñado de sus discípulos mantener viva la llama del aikido. El 9 de febrero de 1948 el gobierno le permitió volver a abrir su dojo en Tokio, que fue declarado como una asociación filantrópica, con el nombre de Aikikai.
El aikido ya estaba consolidado como un arte diferente al resto de artes marciales, y la fama de Ueshiba se extendía a lo largo del país. En septiembre de 1956 fue reconocido oficialmente en Tokio y en 1960 hizo la primera demostración pública de aikido, patrocinada por el aikikai. En 1961 viajó a las islas Hawai para asistir a la ceremonia de apertura de un nuevo dojo. Tres años más tarde fue condecorado por el emperador y en 1967 abrió un nuevo dojo en Tokio. Para entonces ya había contraído la terrible enfermedad que luego le llevaría a la muerte, así que se retiró a su granja, donde murió dos años después, el 26 de abril de 1969.

Fuentes:

1 comentario:

Unknown dijo...
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